La agricultura ecológica desempeña un gran papel en la promoción de la biodiversidad a través de nuestros paisajes cultivados. Se ha demostrado que, al renunciar al uso de productos fitosanitarios químicos, se fomenta el aumento del número de especies silvestres en los campos ecológicos.
Los daños ocasionados a nuestros suelos son tan peligrosos para la humanidad y la naturaleza, como el cambio climático. Sin suelo, no hay seguridad alimentaria, ni biodiversidad, agua potable o almacenamiento de CO2. Las prácticas de agricultura ecológica desempeñan un papel significativo en el mantenimiento y la mejora de la salud del suelo al aumentar su fertilidad, fomentar la formación de humus y promover las medidas para su conservación, todo lo cual contribuye en gran medida a la protección de las aguas, el clima y la vida salvaje.
El sector agrícola produce más el 16 % de los gases de efecto invernadero globales como resultado de las prácticas ganaderas, la fertilización y el consumo de energía. Gracias a la naturaleza de los sistemas ecológicos, que implican economías circulares, la ausencia de fertilizantes minerales y baja carga ganadera, la agricultura ecológica es mucho más respetuosa con el clima que la agricultura convencional.
Los agricultores ecológicos no utilizan pesticidas artificiales. En su lugar, fomentan los propios mecanismos de regulación de las plantas y previenen las enfermedades con el uso de medidas de cultivo adecuadas. Si estas medidas no son suficientes, las explotaciones ecológicas pueden recurrir también a productos fitosanitarios. En este caso, se trata de sustancias naturales, como los extractos del árbol de neem, o microorganismos como algunas esporas fúngicas.
Nuestros procedimientos de inspección independiente y la consistente aplicación de las normas de Naturland permiten a los agricultores establecer una sólida base para una producción de alimentos de alta calidad, en armonía con la naturaleza y el medio ambiente. Este nivel de calidad está certificado por el logotipo de Naturland.
Para nuestros agricultores, el cuidado responsable de los animales es tan importante como la ausencia de pesticidas o la manipulación genética. Los animales son seres vivos como nosotros y tienen sus propias necesidades específicas. En Naturland, los productores, los asesores y los encargados del bienestar animal de Naturland, designados a este efecto, trabajan en estrecha colaboración para asegurar el bienestar de los animales.
Los consumidores tienen cada vez más en cuenta, además del precio, los aspectos morales, éticos, ambientales, culinarios y de salud de sus alimentos a la hora de llenar la cesta de las compras. Dado que la agricultura convencional se queda corta en lo que concierne a respuestas convincentes, muchos consumidores han sacado sus propias conclusiones y renuncian a la carne por completo. Los consumidores críticos y orientados a la calidad consumen menos productos de origen animal (o ninguno), apoyan los valores y objetivos en los que se basa la agricultura ecológica, y estimulan el debate sobre la ganadería moderna y los temas nutricionales básicos. Son los consumidores clave que respaldan la agricultura ecológica y constituyen una voz indispensable en la sociedad. Sin embargo, muchos se preguntan si un cambio radical que suponga abandonar el consumo de carne no será de hecho perjudicial para el sector de la agricultura ecológica.
Durante miles de años, la humanidad ha estando mejorando las razas animales y las variedades vegetales que se usan actualmente como base para la producción de alimentos ecológicos. La mayoría de estos animales y plantas se desarrollaron para la agricultura convencional, lo que plantea ahora problemas significativos a los agricultores ecológicos. No obstante, los agricultores y sociedades de mercado de Naturland están comprometidos activamente con el mantenimiento de las variedades existentes adecuadas para la agricultura ecológica, y con el desarrollo de otras nuevas.
Para añadir sabor a sus productos alimentarios ecológicos, los procesadores ecológicos solo tienen permitido usar extractos aromáticos como aceites esenciales y destilados o aromas naturales (en el caso de Naturland, solo de frutas que cuenten con esta certificación). Así pues, en los productos orgánicos se permite el uso significativamene menor de aromas que en los productos procesados convencionalmente.
No hay ningún oligoelemento tan controvertido como el yodo. En las ciencias de la nutrición, el yodo se considera indispensable para el metabolismo y la producción de las hormonas tiroideas. Como aditivo alimentario, solo es necesario declarar el uso de sal (común) yodada en la lista de ingredientes de un producto alimentario. Para mayor claridad, Naturland ha resaltado expresamente este requisito de etiquetado en sus normas de procesamiento.
La producción lechera es la principal fuente de ingresos de los agricultores ecológicos en Alemania. Asciende aproximadamente a 500 millones de litros al año. La leche nos suministra calcio para la formación de los dientes y los huesos. La leche ecológica es aún mejor. Algunos estudios han demostrado que las vacas que pastan o son alimentadas con forraje verde producen leche de mejor calidad nutritiva. La leche de las vacas criadas ecológicamente contiene en promedio más ácidos grasos ω3 y ácido linoleico conjugado que la leche de las vacas de cría convencional.
Ya que todavía se sabe poco acerca del impacto ambiental de los nanomateriales y sus efectos sobre los seres humanos, en la actualidad debemos considerar la nanotecnología como un factor de riesgo. Por esta razón, Naturland prohíbe el uso de nanomateriales en la producción y el procesamiento de alimentos y cosméticos como parte de sus normas. Aquí se incluyen también los envases que puedan contener estos materiales.
Actualmente, aproximadamente el 90 por ciento de los embutidos y productos cárnicos en nuestras tiendas están curados. Las sales de curado se componen de una mezcla de sal de mesa y nitrito de sodio (E250), nitrato de sodio (E251) o nitrato de potasio. De estos, los procesadores ecológicos solo usan el nitrito de sodio y el nitrato de potasio. En lugar de las sales de curado, algunos procesadores ecológicos utilizan extractos vegetales que contienen nitratos naturales.
Los productos Naturland se producen de manera respetuosa con el medio ambiente, los animales y con los recursos. También cumplen los criterios sociales y, cada vez más, los criterios justos de Naturland. Cuando los alimentos se producen tan esmeradamente y con una calidad ecológica tan alta, también merecen una protección especial. En este sentido, el tipo de envasado más sostenible es el que mejor protege el alimento ecológico en cuestión.
El vino ecológico tiene cada vez más seguidores y se ha convertido en un producto básico del sector superior. Esta evolución positiva se debe al carácter natural y único del vino que procede de unos suelos sanos, un cuidado consecuente de los viñedos, y profesionalidad y destreza. Naturland marca unos requisitos estrictos para los productores de vino en cuanto a la conservación del suelo, el cultivo, el abono, la protección vegetal y el procesamiento. De este modo, se asegura una gran calidad ecológica y un alto grado de transparencia tanto para los consumidores, como para los productores.
En los alimentos ecológicos no se usan sustancias «problemáticas» como potenciadores del sabor, conservantes, estabilizadores, aceleradores de la maduración, edulcorantes, colorantes sintéticos o fosfatos (en productos cárnicos). Por ejemplo, en los alimentos ecológicos de la UE solo se utilizan 53 de las 330 sustancias autorizadas. Las normas de Naturland son aún más restrictivas, ya que solo permiten el uso de 22 de estas sustancias.
